Prestar apoyo alimentario a personas en riesgo de exclusión desde una perspectiva comprometida con la sostenibilidad y que a su vez minimice el señalamiento social.
Rescatamos comida elaborada y la reintegramos al circuito de consumo para que vuelva a cumplir su función primordial, que no es otra que servir de alimento. Damos, por tanto, una segunda oportunidad al excedente de comida cocinada, producido a diario en cocinas colectivas y profesionales, evitando su despilfarro como residuo, y lo destinamos a dar cobertura nutricional a personas en situación de vulnerabilidad social.

Cuando una persona es admitida en el servicio TAPER SOLIDARIO, desde AUNAR asumimos un compromiso con su alimentación para él, individualmente, o extensivo a los miembros de la unidad convivencial a su cargo, cuando fuese necesario, garantizando una ración de comida cocinada durante todos los días que permanezca de alta en el programa, sin interrupción.

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Nuestra metodología de trabajo participa de un esquema circular de intervención a fin de no perder nunca de vista la cadena de valorización del recurso. Con ello logramos mantener, por un lado, la gestión completa del recurso bajo control de nuestro protocolo de seguridad, y por otro, nos aseguramos que los beneficiarios y beneficiarias adscritos al servicio lo reciben de forma personal, haciendo un uso correcto del mismo.

Podemos afirmar que el proyecto Taper Solidario se ha convertido en la seña de identidad más poderosa y que más claramente nos describe como organización, ejemplificando de manera indiscutible todo lo conseguido y trabajado por AUNAR hasta ahora.

Todos las corporaciones locales que integran el programa TAPER SOLIDARIO en su carta de Servicios pasan a forman parte de la Red de Municipios comprometidos con la lucha contra el despilfarro alimentario que planteamos en AUNAR.

En la actualidad la cifra de municipios activos sigue aumentando año a año en el territorio de Bizkaia, pero sin fijarnos un techo que nos impida seguir creciendo ni en número ni en territorio.

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Puede afirmarse que cuando un anciano queda aislado socialmente, sufre un proceso de deterioro emocional y físico que va socavando todos los aspectos de su existencia. Uno de ellos, no siempre apreciable en un primer estadio, es el relacionado con la alimentación, la cual pasa a convertirse en irregular, escasa y, lo que es peor, poco saludable.

Prevenir esta situación de vulnerabilidad nutricional mediante el seguimiento individualizado de lo que come (entrega a domicilio del taper), nos proporciona la excusa perfecta para establecer un proceso de acompañamiento efectivo y afectivo hacia esa persona que se encuentra sola.

Pensado como una línea complementaria de acción al TAPER SOLIDARIO, el perfil asistencial tiene una especificidad muy clara: tercera edad, en riesgo de aislamiento social, con necesidad de apoyo alimentario y residencia en núcleos poblacionales de baja densidad o marcada deslocalización.

La experiencia piloto arrancó a lo largo del año 2019 y ha tenido presencia en seis municipios del territorio histórico de Bizkaia.